jueves, 23 de septiembre de 2010

Vicente Nario

Brindemos hermano con esta copa vacía,
que no hay mucho por celebrar
pero la costumbre es grande
y como no queremos fallarle a la patria,
a esa que olvidamos todos los días
pero de la que hoy queremos acordarnos
haremos gala de nuestro despilfarre y cinismo
y chocaremos las copas hasta que el vino se acabe.

Brindaremos por cosas de las que ni conocemos
aquellos héroes falsos que la historia nos ha dado.
Hablando de la tierra, de la gente y del campo
de las grandes mujeres que salen al trabajo.

Sigamos hablando de nuestros recursos naturales
esos que día a día despiadadamente nos vamos acabando
y si de consideraciones queremos hablar, que nos cumpla en gobierno
al fin y al cabo para eso están.

Brindemos por las mujeres de Juárez, por los niños de ABC y los muertos del narco
por esa tan buscada justicia por la que todos clamamos
brindemos por la corrupción, que total nos hace la vida más fácil
y por la buena educación que nuestro país nos brinda.

Brindemos mexicano, que para eso te pintas solo
que para celebrar si llenas las cantinas,
brindemos por que es lo único para lo que somos unidos
por que para lo demás, parece que no existimos.

Alcemos nuestras copas y olvidemos,
que para eso realmente somos buenos,
brindemos por todo lo que no hacemos
por todo lo que nos callamos
por todo lo que nunca damos
brindemos una vez más, que esto ya se está acabando
terminemos con lo poco que hemos logrado,
sigamos planeando como nunca y sin cumplirlo como siempre...
que al fin y al cabo, NADA ES NUESTRA CULPA.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Dual

No sé definir lo que es el alma. No creo que nadie haya podido hacerlo antes. 21 gramos. La levedad. Aquello que queda después de que ya no queda más. Qué contradictorio. Tratamos de preservar aquello que ni siquiera sabemos si de bien a bien existe. Creemos, ilusamente que podemos mantenernos solo en una pieza, resguardados por aquella jaula que llamamos cuerpo; y es todo lo contrario. No sé si sean sustancias químicas segregadas por el cerebro, si me paso de endorfinas o si mi mente tergiversa recuerdos, pero pasa que percibo cada vez más ligereza, cada tanto, menos peso. Supongo que cuando el cuerpo se va es que ya repartió todo lo que llamamos alma en otros entes. Muchos; miles, diferentes. Todos son tu mismo y a la vez son otros. Pretendemos que somos únicos e indivisibles; y la verdad, somos un colectivo de recuerdos; de momentos, de instantes. Cada que lo pienso, trato de analizar quienes soy y quienes más son yo. No tiene mucho sentido, pero el cuerpo es efímero y las posibilidades infinitas. ¿Qué pasará después? El futuro es ahora y lo veo a través de tus ojos.