lunes, 6 de septiembre de 2010

Dual

No sé definir lo que es el alma. No creo que nadie haya podido hacerlo antes. 21 gramos. La levedad. Aquello que queda después de que ya no queda más. Qué contradictorio. Tratamos de preservar aquello que ni siquiera sabemos si de bien a bien existe. Creemos, ilusamente que podemos mantenernos solo en una pieza, resguardados por aquella jaula que llamamos cuerpo; y es todo lo contrario. No sé si sean sustancias químicas segregadas por el cerebro, si me paso de endorfinas o si mi mente tergiversa recuerdos, pero pasa que percibo cada vez más ligereza, cada tanto, menos peso. Supongo que cuando el cuerpo se va es que ya repartió todo lo que llamamos alma en otros entes. Muchos; miles, diferentes. Todos son tu mismo y a la vez son otros. Pretendemos que somos únicos e indivisibles; y la verdad, somos un colectivo de recuerdos; de momentos, de instantes. Cada que lo pienso, trato de analizar quienes soy y quienes más son yo. No tiene mucho sentido, pero el cuerpo es efímero y las posibilidades infinitas. ¿Qué pasará después? El futuro es ahora y lo veo a través de tus ojos.

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